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Características de los embalses
Desde una mirada integral del recurso hídrico y teniendo en cuenta la complejidad del ciclo hidrológico, el agua recorre un largo camino desde que precipita en forma de nieve y se acumula en los glaciares de la cordillera. Una importante fracción de esta se derrite, escurre por arroyos y ríos, y permanece en los embalses hasta llegar finalmente a su destino: los diferentes usos.
En este largo viaje, que puede tardar cientos de años, el agua es uno de los recursos naturales que cumple distintos servicios ecosistémicos, es decir, beneficios para el ambiente. Cuando el agua llega a los embalses tiene un tiempo de permanencia, hasta que luego es distribuida a las plantas potabilizadoras para consumo humano, a las industrias, a las fincas de producción agrícola o es utilizada en actividades recreativas. El agua también es utilizada como fuerza motriz para generar energía eléctrica. La complejidad de almacenar, distribuir y administrar el recurso hídrico por parte de los diferentes usuarios, está vinculada con la historia misma de la provincia de Mendoza (Vitali, 1940), los habitantes originarios que comenzaron a organizar canales y acequias y la sociedad moderna con sus costumbres. Actualmente, el mundo y la región se encuentran dentro del gran desafío de generar con educación y cultura del agua acciones individuales y colectivas que sean amigables con el ambiente en general y con la preservación de la cantidad y la calidad del agua en particular.
Las presas de embalse son obras de ingeniería civil planificadas y construidas en zonas específicas. Ellas generan un cierre al normal escurrimiento del río, formando un lago artificial. Desde el punto de vista hidráulico los embalses permiten distribuir el agua en períodos del año en los que los caudales de los ríos no alcanzan para atender la demanda de los usuarios. Estas obras también disminuyen los riesgos que podrían causar las grandes crecidas debido a que amortiguan los aumentos de caudal, quedando este como parte del reservorio, evitando problemas de excesos de agua en zonas que podrían afectar a la población cercana.
Desde su creación, y con el paso del tiempo, la sociedad ha elegido vincularse con el espejo de agua realizando actividades recreativas náuticas, pesca y turismo, entre otras. Esto ha llevado al desarrollo y construcción de infraestructura asociada a la zona del perilago. De este modo se han ido creando clubes, cabañas, barrios cerrados además de la ampliación de los barrios de los parajes y villas aledañas. En la Provincia de Mendoza, la belleza natural del paisaje, asociado a los espejos de agua, es superlativa, generando una creciente demanda de la actividad turística en cada uno de ellos.
Es así como surgen aspectos relacionados con la presión positiva o negativa que determinadas actividades antrópicas ejercen sobre la calidad del agua y el funcionamiento del ecosistema de ríos, lagos y reservorios artificiales. Para evitar los efectos negativos se planifican y ejecutan controles de la calidad del agua con un abordaje integral de uno de los bienes intrínsecos más importante de los ecosistemas acuáticos: “el agua”.
Los lagos de agua dulce naturales y artificiales contribuyen de manera significativa a la biodiversidad en la Tierra y actúan como importantes zonas de alimentación para diversos animales acuáticos y terrestres. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas ha fijado 17 objetivos de desarrollo sostenible. Se trata de incorporar desafíos globales con meta al 2030 para cuidar el ambiente y mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables. El número 6 trata sobre el agua limpia y saneamiento y el 13 sobre la vida de los ecosistemas terrestres, donde están incluídas las aguas continentales interiores. Desde el Departamento General de Irrigación se está trabajando para cumplir con dichas metas y objetivos los cuales influyen directamente en la preservación y sostenibilidad de la calidad de vida de los ecosistemas y de la sociedad.
En el Siglo XX comenzó a cambiar la relación armónica entre el hombre y los ecosistemas. Las actividades antrópicas comenzaron a tener mayores impactos asociados en relación a la generación de residuos sólidos urbanos, la urbanización, la generación y disposición de efluentes y la modificación de ambientes naturales.
Una de las problemáticas más generalizadas a escala global en lagos y embalses es la eutrofización cultural (Lampert y Sommer, 2007). Este proceso, generalmente originado por el incremento antropogénico de las cargas y/o de la biodisponibilidad de nutrientes (principalmente fósforo y nitrógeno), ocasiona que un cuerpo de agua pase de un estado de menor productividad (oligotrofia) a uno de mayor productividad (eutrofia). De acuerdo al grado de eutrofización, pueden observarse significativos aumentos de la densidad de algas, vegetación acuática y bacteriana (con la consecuente disminución de la concentración de oxígeno en el agua y en los sedimentos) y la aparición y/o incremento en la abundancia de cianobacterias generadoras de toxinas. Esto produce un deterioro en la calidad del agua que interfiere con los diversos usos de la misma (OECD, 1982).
Con el avance de estos conocimientos nace el concepto de “estado trófico” el cual tiene la finalidad de clasificar los cuerpos de agua en diferentes grados, pues valora la calidad del agua en cuanto a la concentración de nutrientes y su efecto en la proliferación de algas y también de la vegetación acuática (Lamparelli, 2004).
El presente informe técnico tiene como objetivo el análisis de los datos obtenidos del monitoreo de los embalses de la provincia de Mendoza en el período 2019-2020 y calcular el Índice del Estado Trófico (IET) de cada uno de ellos (Mapa I). Ese índice forma parte de uno de los indicadores de estado ambiental del ecosistema acuático que utiliza el DGI como herramienta en la Gestión Integrada de los recursos hídricos de la provincia.
Mapa I: Localización geográfica de los embalses de la provincia de Mendoza monitoreados a los efectos de garantizar el control preventivo de la calidad del agua.
Fuente: DGI
Plan de Monitoreo integral de la calidad del agua y organismos biológicos en embalses
Metodología de colecta de muestras a campo y laboratorio
El Departamento General de Irrigación ha dispuesto un Programa de monitoreo de la calidad del agua en los seis embalses de la provincia de Mendoza. La gestión se traduce en las acciones efectivas que consisten en monitoreos a campo con colecta de muestras y mediciones respecto al seguimiento de parámetros de la calidad del agua y de organismos biológicos. La siguiente Tabla presenta características de los seis embalses de la provincia de Mendoza.
Tabla 1: Embalses de la provincia de Mendoza: volumen de almacenamiento, superficie en cota máxima, cota mínima y característica del vaso según la morfología.
Embalse |
Río |
Volumen total (hm3) |
Superficie cota máxima (ha) |
Superficie cota mínima (ha) |
Característica del vaso según profundidad |
Potrerillos |
Mendoza |
393 |
1174 |
718 |
profundo |
El Carrizal |
Tunuyán |
322 |
2520 |
1172 |
profundo |
Agua del Toro |
Diamante |
283 |
1283 |
392 |
profundo |
Los Reyunos |
Diamante |
257 |
1134 |
849 |
profundo |
El Nihuil |
Atuel |
212 |
8349 |
2777 |
somero |
Valle Grande |
Atuel |
137 |
462 |
271 |
profundo |
Fuente: Área: Sistemas de información geográfica –Teledetección y Dep. Hidrología, DGI.
Fundamentos de los sitios de colecta y parámetros
Las muestras son colectadas en la superficie y en profundidad en cada uno de los embalses. A continuación se presentan los sitios seleccionados y el fundamento técnico de la elección:
-Cola del embalse: corresponde a la desembocadura del río al reservorio. Aquí se produce el encuentro entre las dos masas de agua. En esta zona la naturaleza sedimentaria de las litologías produce grandes cantidades de material particulado en suspensión resultante de la erosión de la cuenca. Son zonas poco profundas, turbias y con escaso ingreso de luz. Esta zona representa la calidad de la mezcla entre ambas masas de agua (Figura 1).
-Centro: corresponde a la zona central del reservorio en el sentido longitudinal del embalse. Hay menos concentración de sedimento inorgánico que en la anterior zona. La intensidad lumínica tiene mayor penetración en profundidad y los autótrofos que habitan el perfil de la columna de agua realizan fotosíntesis.
-Presa: corresponde a la zona próxima a la presa propiamente dicha o denominada comúnmente paredón o tapón. En función de cada embalse, esta zona suele tener las profundidades máximas y mayor ingreso de luz. La masa de agua que se encuentra próxima a esta zona va a ser distribuida en un corto plazo. La característica del agua en esa zona corresponde a la que será erogada para los diferentes usos.
Figura 2: Desembocadura del río al embalse en la zona denominada cola. La imagen representa el ingreso y aporte de sedimento al embalse como resultante de la erosión de la cuenca
Fuente: DGI. imagen tomada en el Embalse Agua del Toro, enero de 2021
Para obtener las muestras y realizar las mediciones in situ (Figura 3) se utiliza una embarcación. Esto requiere un particular despliegue logístico y organizativo para concretar los objetivos planteados. Cuando las condiciones meteorológicas de navegación no son óptimas se utilizan muelles de clubes y sitios específicos para colectar la muestra.
Figura 3: Programa de monitoreo de la calidad del agua en embalse de la provincia de Mendoza. Despliegue logístico con camioneta, lancha y equipamiento de campo en embalse Agua del Toro.
Fuente: DGI
Una vez obtenida la muestra de agua se derivan diferentes volúmenes para realizar ensayos analíticos en el laboratorio.
Los parámetros de calidad del agua de las muestras que se colectaron de forma estacional en los sitios mencionados, durante el período 2019 -2020, se detallan a continuación.
Se midieron in situ:
- Temperatura (T: ºC),
- pH,
- Conductividad eléctrica (CE: µS cm-1)
- Oxígeno disuelto (OD: mgO2 L-1)
- Transparencia (disco de Secchi: m)
- Profundidad (Z: m) (Figura 4).
Las muestras son colectadas, refrigeradas y colocadas en oscuridad hasta su llegada al laboratorio.
Figura 4: Medición de parámetros in situ y colecta de muestras en profundidad para conocer niveles de oxígeno disuelto, concentración de nutrientes, proliferación de algas y temperatura del agua.